En Rossini sabemos que después de una buena comida, el momento del postre no es un simple trámite. Es una pausa, un regalo, una forma de alargar la sobremesa con algo rico. Por eso, hacemos nuestros postres caseros como se han hecho siempre: con ingredientes de calidad, tiempo y cariño.
Hoy te los presentamos uno a uno, para que vayas eligiendo tu favorito (aunque te advertimos: no es fácil elegir solo uno).
Tiramisú: sabor a Italia con cada cucharada
Esponjoso, cremoso y con ese sabor inconfundible al café recién hecho. Nuestro tiramisú sigue la receta tradicional italiana de tiramisú, como la que preparaban las nonnas. Con mascarpone auténtico, bizcocho empapado y un toque de cacao por encima, es ese tipo de postre que parece sencillo… pero se queda en la memoria.
Panna cotta: ligera, suave, deliciosa
Este postre originario del norte de Italia tiene esa magia de lo simple bien hecho. La panna cotta es cremosa pero ligera, y la servimos con una salsa de frutos rojos que le da el punto justo de frescor. Es ideal para cerrar una comida sin sentirse pesado. Perfecta en su delicadeza.
Crema catalana: tradición que nunca falla
Sí, no es italiana, pero no podíamos dejarla fuera. La crema catalana es de esos postres que uno conoce desde siempre. Cremosa, aromática, con canela y piel de limón, y esa capa crujiente de azúcar caramelizado que hace "crack" al romperla con la cuchara. Un clásico que siempre apetece.
Brownie: para los que no se rinden al chocolate
Hay días en los que solo el chocolate vale. Nuestro brownie casero es compacto, jugoso, con el corazón ligeramente fundido y acompañado de helado de vainilla. El contraste de caliente y frío, intenso y suave, hace que cada bocado sea puro placer.
En Rossini cocinamos como nos enseñaron en casa, reflejando nuestra tradición culinaria. Y eso también se nota en nuestros postres. Son caseros, sí, pero sobre todo, están pensados para compartir, para disfrutar sin prisa y para dejar un buen sabor de boca —literalmente.